7. Aimee.
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Habla antes de que tenga oportunidad de decir algo, suelta el aire retenido y mueve sus manos por el pelo muy rápido. “Eso no es lo que importa. Lo que importa es… ¿Te acuerdas de lo que ocurrió en la sesión de espiritismo?”
Trago. No respondo. Nuestros pies avanzan a través de la gente cargada con mochilas y bolsos para los libros.
Court sigue adelante. “¿Te acuerdas de lo que te paso?”
“Si” digo, seca y duramente. ¿Cómo no acordarme del lápiz incendiado? La forma en el humo y de repente cómo me gritaba y gritaba, se sentía como si alguien arañara mis brazos, y cómo todo el mundo estaba asustado.
“¿Por qué? ¿Qué era eso?”
“Es sólo que… hay cierta cosa, Aimee, hay cosas con las que tú no puedes hacer nada al respecto, ¿sabes?, Ciertas cosas que están más allá.”
Ajusto mi mochila, que se está deslizando. Todo huele a rancio, como casas de viejas damas, y hogares de ancianos, o ropa que no ha sido lavada desde hace tiempo. “¿y tú crees eso?”
Ella sonríe, con una media sonrisa que está lejos de ser de felicidad. Estamos en el sitio donde ella se va a la izquierda y yo a la derecha. Algunas personas pasan y dicen hola. Todos se empujan hacia delante por del pasillo.
Me dirijo a la pared para abrir mi casillero, y empujo dentro mi libro de Español.
“Aim…” La voz de Court me reclama.
Cierro el casillero.
“Solo quiero asegurarme de que sabes lo que estas arriesgando. Salir con Blake te hizo parecer más normal.”
“¿Qué? ¿Para todos soy un bicho raro otra vez por haber roto?” Le susurro enojada. Y por un instante estuve a punto de pensar que tome la decisión adecuada cuando rompí con Blake, pero no es solo por lo ocurrido hoy. Cada vez se ha vuelto más gilipollas y he ido estando menos feliz con él. No debes sentir eso cuando estas saliendo con alguien, ¿no? No se debe solo a que con el paso del tiempo estés menos deseosa de citas.
Courtney niega con la cabeza. “No. No es eso.”
“Entonces, ¿Qué?”
Traga. “Me preocupa que algo malo te pasará, igual que en la sesión de espiritismo, y con Chuck. Me preocupa que lo note otra vez.”
Mi corazón deja de latir, pero mi boca todavía funciona, “¿Quién?”
“El hombre del río.”
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