jueves, 26 de agosto de 2010

La Doncella Del Castillo

La Doncella Del Castillo


Un hedor a sangre, sudor y muerte inundaba el aire que rodeaba el campo. La victoria le había asegurado al rey de Escocia el punto de apoyo que necesitaba en el oeste, y había roto el poder que ejercían los más poderosos «Señores de las islas». Al pensar en tenderles una emboscada a sus tropas cuando se encaminaban a la costa, los MacDougall habían subestimado sus habilidades y las de aquellos que lo apoyaban.


El rey Roberto I de Escocia estaba cubierto de sangre cuando se detuvo frente al hombre que le había entregado la victoria de la batalla de Brander Pass aquella mañana. Roberto sonrió con tristeza.
—Esas son tus órdenes, Sebastien. Cúmplelas. Los que te acompañen a Dunstaffnage conocen sus obligaciones y apoyarán todo lo que allí hagas en mi nombre.
Su más apreciado guerrero y espía se limitó a asentir con la cabeza como siempre hacía, y se dio la vuelta para marcharse. Sebastien de Cleish se había presentado ante él con los planes de emboscada del enemigo y una inteligente estrategia para responder a ellos.
—Boda o muerte antes de que caiga la noche, Sebastien. Y te pediré una prueba de ambas cosas.
Sí, majestad. Boda o muerte.

Antes de que cayera la noche estaría casada… o muerta
Como heredera del clan MacDougall, Lara, la señora de Lorne, sabía que cuando se casara no sería por amor, pero jamás habría imaginado que su matrimonio sería un castigo. Cuando Robert Bruce se hizo con el control de su castillo, Lara se vio obligada a casarse con uno de sus hombres, Sebastien de Cleish. Leal a su clan, Lara prometió no rendirse ante el audaz guerrero.
Pero bajo la cota de malla y la armadura se escondía el corazón valiente de un caballero dispuesto a convertir a Lara en su esposa… en todos los sentidos.


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