jueves, 5 de abril de 2012

After Obsession. Capítulo 3.

Llevo toda la tarde terminando la traducción de este capítulo, así que aquí esta.



3. Aimee.


Las clases van pasando. Finalmente es la hora de comer. Blake va y rescata al primo de Courtney, Alan, de las chicas que siempre intentan conectar con todo el mundo.
“Odio el colegio” le dice Blake a Alan cuando vuelven “Quiero decir, actúo como si me gustara el colegio porque nunca he logrado tener  un agradable ambiente hogareño. Hay una condición estúpida, que básicamente significa que tienes que hacer la pelota a los profesores. ¡Esa es la regla número uno!
Courtney asiente y me mira. Ella sabe que yo realmente no puedo aguantar nada negativo. Ella me llama pequeña conciliadora. Pero lo dice con cariño, de veras. De todas formas, solo para que Blake no se ponga tan irritable con la Sociedad Nacional de Honor, intento hacerla reír imitando a mi padre, todo serio y tratando de ser -un modelo de padre de los viejos shows de televisión de 1950 aunque él no estuviera vivo entonces. “Ya sabes, Blake, odiar es una palabra muy seria con una connotación muy seria.
Hace como si fuera a tirar un trozo de rosquilla a mi escote. Grito falsa mente, lo que hace que el monitor, el Sr. Los Santos me señale con una uña negra como una daga. Yo le sonrío y él se calma. Vuelvo a girarme hacia Blake.
“¿Me estás amenazando con eso?” digo con tono de mafioso “Porque, déjame decirte que no soy nada amable con las amenazas. Particularmente las amenazas con rosquillas. Quiero decir ¿sabes con quien te estás metiendo aquí?
Alan ríe, y yo no puedo evitar notar lo mono que es cuando sonríe. El imita mi voz “Si, lo sabemos. Creo que estamos tratando con una tía dura.”
Y en ese mismo segundo sé, absolutamente , que algo en  mi vida ha cambiado irrevocablemente. Este es el chico de mis sueños. Justo aquí. Y vamos a tener que hacer algo, salvar algo, juntos. Pero no sé el que.
“Aimee está muy rara hoy” dice Blake mordiendo su rosquilla. Habla como si yo no estuviera aquí. “Y tiene pintura en las manos.”
Lo sé. “Es difícil quitar la pintura.”
“¿Pintas?” pregunta Alan.
Es la primera cosa que me dice directamente en toda la comida. Alzo la cabeza y le miro. Esto es un gran error “Si.”
No puedo dejar de mirar. El tampoco aparta la mirada. Estaba en mi sueño. Era quien tiraba de mí. Era el. Y aunque no le he contado a nadie mi sueño, quiero contárselo a él. Quiero contárselo todo, lo cual es una mala forma de sentir hacia un chico que acabo de conocer al azar ¡Cuando tengo novio!
Courtney utiliza sus uñas con defines dibujados para raspar la pintura de mi piel. Y lo hace tan fuerte que me duele “No sé porque la aguantamos.”
“Atención, gente hablando sobre mí: ¡Estoy Justo Aquí!” digo quitando mi mano. Decido ir a algún sitio seguro y libre de conflictos. “Mira, Alan, no voy a preguntarte sobre Oklahoma y la mudanza porque, no te ofendas, estoy segura de que es una mierda y estás harto de ello, así que solo voy a traerte un poco de mi violenta vida, a menos que quieras que te pregunte las preguntas necesarias, porqué lo haré, porque me importa, pero no quiero ser… no sé. No quiero aburrirte con la misma vieja pregunta.”
Sus labios tiemblan. El se inclina hacia atrás y se echa a reír de nuevo.
“¡Aimee!” gruñó Blake.
“No” Alan estira una de sus enormes manos encime de la mesa “Me encantaría. Estoy tan cansado de que la gente pregunte sobre mí.”
Yo asiento. Es como si estuviéramos solos aquí. Hay mucha actividad alrededor de nosotros, pero nada de eso importa. Empecé  “Muy bien, mi abuelo…”
“Tu abuelo” interrumpió Blake adrede. Puso su brazo sobre mi hombro de manera posesiva. Lo lleva haciendo todo el día, lo que es un comportamiento raro en Blake. Últimamente es como si cada uno de nuestros rasgos estuviera apoderándose de nosotros. La posesividad de Blake. Mi propia inseguridad. El rencor de Courtney. Blake continuó burlándose de mi de esa forma empalagosa-de novio –es tan dulce.
“Es malo conmigo” le dije a Alan y continué “El caso es que él y mi hermano, Benji, encontraron un Cheeto que decían que se parecía a Marilyn Monroe.”
Esto hizo que todo el mundo se callara por un momento y entonces Alan dijo “¿Marilyn Monroe?”
“Si, esa vieja y difunta actriz, ya sabes. Era todo curvas, probablemente se acostaba con Kennedy y cantaba Diamonds are a girl’s best friend” explicó Courtney, “y ese Happy Birthday, Mr. President y también está ese poster en el que está sobre una especie de alcantarilla tratando de mantener su falda lejos de la cara.”
“Sé quién es. Solamente no entiendo lo del Cheeto –Alan me miró buscando ayuda y mi corazón se volvió loco de nuevo.
“Ellos creen que el Cheeto se parece a ella” dije. Supe que ese no era el tipo de historia que causa una buena impresión y de repente decidí que no quería terminar de contarla.
“¿Se parecía?” preguntó Courtney.
Yo suspiré “No. Es como un bache parecido a sus pechos y eso, pero creo que no se parece en nada a la silueta de una mujer.”
Courtney echó agua de la nariz, lo que hizo que yo chillara mientras puso sus manos sobre su cara, riéndose histéricamente. Blake puso una servilleta en mi mano. Alan cogió una también. Ambos empezamos a limpiar la mesa. Froté suavemente la nariz de Courtney mientras ella preguntaba
“¿Se lo comieron?”
“Eso es lo que estoy intentando explicar. No se lo comieron. Mi abuelo le echó una foto y lo publicó en eBay.”
Courtney golpeó la mesa con su puño “¡OH dios mío!”
“¡Calla, calla, calla!” Blake reía tan fuerte que babeó. Le entregué una servilleta empapada.
“Ellos lo pusieron en una bolsa Ziploc y el abuelo lo ocultó en lo alto del frigorífico para que nadie se lo comiera por accidente” expliqué.
“Eso está mal” dijo Blake.
“Es una locura” Courtney se frotó la mano con la que había golpeado la mesa.
“Lo sé” les sonreí porque por un segundo parecía que estuviéramos antes de la muerte del padre de Courtney. Blake no estaba gruñón. Courtney no estaba triste. Nos estábamos riendo.
“¿Ha pujado alguien por él?” preguntó Hayley inclinándose. Su precioso pelo negro se balanceaba peligrosamente cerca de mi crema de queso, así que moví mi rosquilla. Se ruborizó “Perdona. Soy una completa cotilla.”
“Es algo muy vigilado” Courtney estaba de acuerdo mientras los demás esperaban mi respuesta: Courtney, Alan, Blake, Hayley, el novio de Hayley, Eric, y el mejor amigo de  Eric y Blake, Toby.
“Alguien pujó quinientos dólares.”
Todo el mundo chilló y empezó a imaginar una franquicia de Cheetos con parecidos. Podríamos hacer a Elvis, a Jesús o a Barack Obama.
“¡Britney Spears!” gritó Courtney “Pagaría cientos de dólares por un Cheeto que se pareciera a Britney Spears.”
Todo fue maravilloso y divertido, y nos estábamos riendo, luego nos separamos en dos grupos de nuevo y nos instalamos en nuestra rutina del almuerzo con Courtney recitando datos sobre sexo de Cosmo; Blake frota su pie de arriba a debajo por mi pierna de un modo atractivo, que por algunas razones me hace sentirme un poco inquieta y para nada atraída; Alan y Courtney discuten sobre langostas mirándote mientras te las comes; y yo actúo como la conciliadora mientras le echo un vistazo a Alan. El es el chico de mis sueños, lo sé. Y eso significa que está en peligro, creo.
Blake me pasa algunas letras nuevas que ha escrito en una hoja de su cuaderno. Está totalmente encendido con ese trió de hip-hop de New Hampshire. Todos decimos que son excelentes, excepto Alan.
Court nos mira muy severa y entonces mira a su primo, el cual está centrado en los resto de su hamburguesa. “¿Qué opinas, Alan?”
Hay una inmensa pausa.
Courtney lo inyecta, “Aquí a nuestro vaquero de cabeza metálica y héroe de acción no le gusta el hip-hop, el rap, el country, las langostas ni cualquier otra cosa dentro del estado de Maine.”
Wow, está enfadada. Parece una persona completamente diferente, lo juro. Algo dentro de mí tiembla. La campana suena.
“Salvados por la campana” ríe Blake, pero es realmente obvio que esta lo fingiendo. Está herido o algo así. El pobre dulce Blake necesita muchos elogios. Se reclina, besa mi mejilla, y va hacia clase con Courtney.
Alan y yo permanecemos ahí. La mesa nos separa. El viene aproximándose hasta mi lado. “Se han deshecho de nosotros muy rápido.”
“Su clase esta de camino al ala de lengua extranjera. Siempre llegan tarde. Yo voy en la dirección opuesta,” explico. Me sonrojo. Saco algo de chicle. “¿Quieres uno?”
Parece tener dificultad al momento de elegir. “Claro.”
Alarga la mano por el chicle. Sus dedos tocan mis dedos y de repente todo vuelve a ser mi sueño. Estoy cayendo hacia abajo. Algo está tirando de mí. El agua está por todas partes y mis pulmones están a punto de estallar.
“Wow… Aimee…” Sus manos están rodeando mis brazos, sacudiéndome de regreso. Mis rodillas están temblando y pasa un segundo antes de que pueda centrarme en el. Su cara esta justo enfrente de mí. Quiero tocar su piel con mis dedos. ¿Por qué? Dios. ¡No le toques! Esta mirando con dureza como si estuviera intentando mirar dentro de mi cabeza. El no puede ver dentro de mi cabeza. No le dejare.
“Lo siento.” Me levanto, asegurándome de no tocarle. Miento, porque decir la verdad le haría pensar que estaba loca. “Estoy un poco mareada aquí.”
“¿Mareada?” pregunta. “¿Has conseguido estar bastante mareada?”
Lo sé, lo sé estoy mintiendo.
“Se me hace tarde. Um, gracias,” digo, aun resistiendo la urgente necesidad de tocarle. Su largo pelo flotaba un poco en frente de su cara.
Dejo caer sus manos. Comencé a caminar con rapidez en dirección a la puerta de la cafetería, la única que iba hacia los estudios sociales y el lenguaje de las artes.
“También voy por este camino,” dice. Su voz es baja y más lenta que cualquier voz en Maine, lo cual es realmente decir algo. Resuena bastante. Está llevando una camisa negra de una banda de metal. Odio las camisas negras. Odio los grupos de metal.
Somos los rezagados, saliendo de la cafetería tarde. La dulce chica del coro esta frente a nosotros, Amber, no nos ve y la puerta comienza a cerrarse en mi cara. Alan la empuja por mí, solamente abarcando mi cabeza y extendiendo su brazo, el cual es de la forma del de Superman. Puedo ver porque las animadoras estaban moviéndose con tanta lentitud.
Quiero decírselo. Quiero hablarle sobre mi sueño. Quiero contarle sobre mis visiones. Quiero decirle todo, pero no la manera en como soy. No digo  cosas a la gente- nunca. No soy más Aimee la Freak. Soy Aimee quien sale con Blake y hace deporte y practica pintura.
“Gracias,” digo, recordando mis modales. “Siento que Court fuese tan… extraña contigo. Su forma de ser era perversa.”
El se encogió de hombros. “¿No siempre ha sido así?”
“No.” Nos dirigimos por el pasillo. Casi tengo que trotar para seguirle. Parece darse cuenta y reduce el paso. “En realidad suele ser amable, más que amable. Todo esto relacionado con su padre… este tipo de desorden en su cabeza es un poco… algo está un poco enredado en su cabeza.”
Asiente. Traga con fuerza. Parece que está tratando de asimilar algo para poder hablar.
Dejo que se adelante, por alguna razón tengo miedo de lo que sea que me quiera decir. “Blake y yo hemos estado saliendo desde siempre.”
“Oh.”
Me sobresalto. En verdad puedo sentir que me muero de vergüenza. “Lo siento. Quiero decir… pienso que a veces ella se siente como un tercer volante, sabes, así que no puedo ayudar. Y…es difícil para ella. Quiero decir, también debe ser difícil para ti, al trasladarte aquí sin haber rugby, sin un verdadero centro comercial o cualquier otra cosa.”
“Estoy bien sin los centros comerciales. ¿El rugby? Si, no es fácil,” admite. Sus hombros son amplios. Agacha la cabeza cuando me habla, como si le preocupara que su voz no fuera lo suficiente baja y lenta para que yo no pudiera escucharle.
“Si… si… lo imagino. Es muy bueno de tu parte, bastante valiente. A la mayoría de las personas les daría un ataque.”
“No soy como la mayoría de personas, imagino.” Me mira directamente. La parte derecha de su boca se levanta en una sonrisa. La izquierda sigue permaneciendo en su sitio.
“No, imagino.” Le devuelvo la sonrisa.
Court me envía un mensaje mientras estamos en la AP de Ingles, lo cual está completamente en contra de las normas del colegio.
¿RECUERDAS LA SESIÓN DE ESPIRITISMO?
Sabe que es algo que no quiero recordar. Todos dejaron mi casa después de esa sesión de espiritismo en séptimo grado. Corrieron a los coches de sus madres y se fueron a toda velocidad pensando que yo era una auténtica Freak. Todos excepto Courtney y Chuck. Justo después de esa sesión de espiritismo había visionado aquella cosa donde Chuck murió de camino a su casa, pero aquello fue después de que la otra cosa monstruosa ocurriera, después de que todos se fueran.
En mi visión, vi una Saab estrellarse contra el Subaru de su madre mientras ella estaba esperando para girar hacia el Supermercado Tideway. Vi su coche saltar sobre la caja de langostas que se llevaba a un camión. Vi el cuerpo de Chuck destrozado en el asiento de atrás, su madre sollozando, la sangre deslizándose por su camisa blanca. Sus brazos estaban destrozados pero ella aun trataba de alejar el EMT, todavía intentaba de aferrarse a Chuck.
Debía de quedarme sin aliento porque Chuck, el que todavía estaba vivo, el que aun respiraba, me hizo brincar, golpeando la mesa de café con su pierna. “¿Qué? ¿Qué viste?”
Sacudí la cabeza y le mire a él y a Courtney antes de, finalmente, mentir. “Nada.”
³AP English: Clases Avanzas de Ingles
El murió. Por supuesto que murió. Murió precisamente de la forma que vi. Murió de camino a casa aquel día. Aparte el recuerdo. ¿Qué es lo que le pasa a Courtney? Sabe que no puedo lidiar con todo aquello.
Me siento en la mesa y trazo un grafiti en ella: TODO APESTA. Juvenil, pero profundo.
De alguna manera no me hace sentir mejor que cualquier otra persona sentada en esta mesa y me sentí de la misma manera. Clavo la mirada en Blake y Court, los cuales están atrapados en la habitación. Los asientos están asignados aquí dentro, la cual es la cuarta gran clase considerada por la AP. Pero nuestra profesora, Mrs. Bloom, con todos sus vivaces aullidos parece que es una animadora de los clásicos.
Court hace una mueca diciéndome que debería revisar el conjunto de Mrs. Bloom. Lo hago. Es un suéter de manera que combina con la gran falda a cuadros, y se ven los calcetines del pantalón marrón de su marido, salidos, pero no hasta el dobladillo de su falda.
“Pre-ci-o-sos,” articulo hacia Court.
Court me responde, “los quiero.”
Briley Flood me mira fieramente. Esta sentada frente a Blake y el posa los dedos sobre los hombros de ella, diciéndola que se dé la vuelta. Briley siempre es amable. No sé porque estaba echando chispas por los ojos. Todos están con los nervios en punta, incluso Blake.
Mrs. Bloom aplaude con las manos juntas y canta, “¡Clase! Estoy muy emocionada. Hoy continuaremos con nuestro debate sobre la obra teatral Hamlet de William Shakespeare. ”
Me desplomo en la silla, porque podría morir justo ahora.
“¡Señorita Avery! ¡Siéntese bien!” dice Mrs. Bloom. “¿Por qué no lee la parte de Ophelia?”
Finjo sonreír. Bien. La chica loca. Perfecto, dado que es la manera en la que me estoy sintiendo.
Mrs. Bloom tira del sujetador por debajo de su axila como si la estuviera irritando y comienza a predicar. “Primero vamos a hablar de Ophelia. ¿Quién pensáis que es el personaje más aburrido y unidimensional en Hamlet?”
Esa es una pregunta difícil. Levanto la mano porque necesito puntos extras después de tener una mala postura. Mrs. Bloom se dirige a mí con el excelente entusiasmo con el que solamente una profesora de Inglés que se está ajustando el sujetador puede encontrar. “¿Señorita Avery?”
“Ophelia,” digo, sintiéndome más brillante porque esto debería ser bastante para mostrarla que estoy escuchando y que no necesita llamarme de nuevo en sus clases a pesar de mi mala postura.
Mrs. Bloom sigue trinando. “Eso está bien. Ahora, ¿por qué? ¿Aimee?”
Mierda. Igualmente tengo la responsabilidad de contestar, a menos que alguien salte e interrumpa. La cuenta atrás para el pelota. Tres… Dos… Uno… Es Court. Solamente ella sería capaz de hacer la pelota. Intenta estar despreocupada, echándose hacia atrás, con las piernas estiradas como una deportista. Da golpecitos con su bolígrafo sobre la mesa y dice, “Ophelia es realmente aburrida porque tenía bastante potencial, ¿cierto? Parece que podía haberse tratado de la auténtica y trágica heroína, pero en lugar de eso ella se permitió convertirse en una loca y perdió todo el potencial de la heroína y se volvió en trágico.”
“¡Correcto!”Emite Mrs. Bloom.
“Pero…” La palabra sale de mi boca antes de poder para.
“¿Qué es, señorita Avery? ¿Hay algo que quiera añadir?”
Trago y mi estomago se oprime a sí mismo. “Yo solo… solamente no pienso que te permitieses convertirte en una loca. Normalmente las enfermedades mentales son por algún tipo de desequilibrio químico, o trastorno. Hay una predisposición genética. No se trata solamente de darse por vencido.”
“¿Una predisposición genética?” se burla Court en un susurro. “Ella lo debería saber.”
Estoy segura de que toda la clase la escucha excepto por Mrs. Bloom, que tiene una sorda determinación. Algo dentro de mí explota y se ahueca. ¿Qué la pasa? Cierro los ojos y veo a todos alejarse. De repente, una imagen de mi madre se cuela en mi cabeza. Sus manos extendiéndose hacia mí desde las negras aguas del rio. Su voz dice mi nombre, suplicándome por salvar… ¿a quién? Abro los ojos para presenciar como Blake lanza a Court una mirada encolerizada, lo cual aprecio totalmente. Debido a eso consigue puntos por ser un buen novio.
“¡Eso es cierto, Señorita Avery!” ahora Mrs. Bloom dirige toda su poder hacia mí. Sus ojos azules son suaves por la emoción. He entrado en el terreno de los favoritos de la profesora. “¿Por qué piensas que Shakespeare hace esto?” desvía la mirada de mi. Va  lentamente al frente de la clase, tan contenta como un caniche en una feria de perros grandes, sonriendo, brincando, con la cola en el aire. No da la oportunidad de responder a nadie. “Shakespeare lo hace porque la elección de Ophelia refleja a Hamlet. Shakespeare utiliza la locura para probar un punto temático.”
Mrs. Bloom no es consciente de lo alterada que estoy, y continua con la enseñanza. Es sorprendente como los profesores no tienen idea de que es lo que pasa dentro de nosotros. Quiero decir, Courtney está dando a Blake con el dedo y todo. Blake coge su dedo y susurra en so oído.
Comenzamos a leer Hamlet en voz alta, pero no divido por zonas las partes de Ophelia y pienso en mi madre, que está en peligro.
Cuando era una autentica niña pequeña y mi madre aun estaba con nosotros, me desperté una noche y salí de la cama. Había tenido un sueño en el que mi madre estaba flotando en el río, bocabajo, su largo pelo castaño salía en tropel a su alrededor y los peces mordisqueaban sus pies. Su cuerpo estaba hinchado al igual que había globos debajo de su piel, y era de un color curioso.
Me dio tanto miedo que deje la cama solo para asegurarme de que ella estaba bien. Fui de puntillas por las escaleras y por delante de mi padre, que estaba tumbado en el sofá. Mire en la habitación de mis padres, pero la cama estaba vacía.
En clase todos pasaron la página. También paso la página. Leo mis líneas. Otra página. Hojeo por delante. No hay más Ophelia por un rato, así que vuelvo a recordar el ver la habitación de mis padres. Vuelvo a recordar las cosas que probablemente son completamente del estilo insano de Ophelia para recordar.
“¿Mami?” susurre en la habitación vacía. “¿Mami?”
Pero sabía dónde estaba.
Lo sabía debido a mi sueño.
Esa vez corrí delante de mi padre, sin preocuparme de hacer ruido. Corrí hacia la puerta trasera y fui tan rápido como pude a través del patio trasero, a través de los palos de madera, y hasta el río. Podías ver el río desde la casa, y la luna estaba a gran altura y llena en medio del cielo.
Había una señora de pie junto al río, justo entre los árboles. Estaba segura de que era una mujer; lo supe por la forma. Su forma era una tiniebla que profundizo la noche. Y estando de pie en el río había un hombre. El estaba atrayéndola para que fuera a él. El agua manaba de su boca. Sus ojos eran los ojos de la nada, pozos de carbón. Y la quería a ella.
“¿Mami?”
No respondió.
Corrí tan rápido como pude, pero era difícil con mi camisón, el cual era demasiado estrecho para permitir que mis piernas se estiraran con grandes pasos. Las agujas del pino y las ramas herían mis pies, pinchándolos, cortándolos. Seguí corriendo.
“¿Mami?” susurré mientras me acercaba a la oscuridad del río y al hombre, acercándome a ella, y paré de correr. “¿Mami?”
El mundo entero olía a podrido, como los viejos pepinos en la nevera que se habían caducado.
Di un paso hacia ella. Extendí mi mano y mis dedos para tocar los suyos, incluso por un segundo pensé que no se movía. Su cara estaba en blanco como la luna; ya había comenzado a surtir efecto la retirada. Ya. Desde hacía tiempo. Ella estaba lejos, al otro lado del cielo, en la luna, tal vez en las estrellas, o solamente en medio de la oscuridad.
“¿Mami?” Mis dedos se sentían calientes, resplandecientes y poderosos. Apreté su mano tan fuerte como pude e intente enviarle todo el amor que tenía para ella. Esa fue la primera vez que trate de sanar a alguien.
Nada. Y luego sus dedos se movieron agarrando los míos, agarrándolos, sosteniéndolos, sujetándome apretadamente, muy apretadamente. Entonces supe que ella realmente no era como otras madres. Algo había ocurrido. No sabía el que.
“¿Aimee?” Su voz era un dulce susurro del viento. “¿Has venido a llevarme? ¿Para asegurarte de que el no viene a por mí?”
“Uh-huh,” dije, porque imagine que lo hice.
Me alzó en sus brazos. “Vamos a llevarnos la una a la otra a casa.”
Cuando miré hacia atrás el hombre del río se había ido, despareció bajo la superficie.
Esa fue la única vez en que una de mis visiones hizo algo bueno. Solo aquella vez. La única vez que verdaderamente pude salvarla.

Descargar: Capítulo 3

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