jueves, 26 de abril de 2012

Vidas Prestadas

Vidas Prestadas
La pesadilla empezó después de que despertara.
Meg Howell abrió los ojos y se encontró rodeada de desconocidos. No tenía ni idea de cómo había acabado en un hospital de Salt Lake City. Tampoco entendía por qué todo el mundo la llamaba Lisa e insistía en que era la esposa de Víctor Cantalini, un adinerado hombre de negocios. Nadie daba crédito a la historia de Meg, que afirmaba ser una camarera de las Vegas. Mucho menos después de que la psiquiatra llamara al número que Meg le había dado y hablara con una camarera llamada... Meg Howell. Pero Meg sabía que ella no era Lisa. Cuando empezó a investigar, desesperada, la vida de Lisa, se acercó peligrosamente a un desconcertante secreto. ¿Podía demostrar que la estaban obligando a vivir la vida de otra mujer antes de verse obligada a morir la muerte de otra mujer?


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